Estuve alejada de este blog para dedicarle tiempo a viajar por el mundo y ahora que los tiempos nos obligan a cambiar nuestras rutinas vuelvo a estar frente a una computadora, nunca dejé de plegar papeles y subí muchas cosas en Instagram, pero quiero que me vuelvan a leer por acá y saber que las cosas lindas de la vida no las he dejado y aquí están.
Con mis vecinos del barrio nos unimos en un grupo de Pro Huerta, compartimos experiencias y conocimientos y además nos conocemos más, no todo es tecnología en este mundo y aún tenemos muchas cosas para compartir.
De un zapallo que usé para cocinar guardé todas sus semillas. Una de mis primeras profesoras y creativas del origami, Romina Goransky, de quien guardo cada uno de sus diagramas, me enseño a hacer este sobre semillero que uso para repartir esas semillas a mis vecinos para que las planten y verlas crecer en este tiempo que nos da la oportunidad de apreciar más las cosas que hacemos.